Ingredientes:
– Cuerdas violín (MI – LA – RE – SOL)
– Cuerdas viola (LA – RE – SOL – DO)
– Clavijas
– Lápiz
– Tiza o Pasta para clavijas
– Cámara de fotos o móvil
– Afinador
– Calma y sangre fría
– 2 Trocitos de chocolate
Primera etapa: Retirar la vieja cuerda
Paso 1
Elige un plano estable y una posición cómoda para realizar la tarea. Asegúrate de tener todo lo que necesitas a tu lado para no tener que ir a buscar algo en momentos delicados.
Paso 2
Saca una foto a tu instrumento antes de empezar a desmontar. En caso de dudas tendrás una referencia visual.
Consejo antes de empezar… En cualquier caso: Tanto si se ha roto una cuerda o si quieres cambiarlas porque están deterioradas, procura cambiarlas de una en una para evitar que por el cambio de tensión se caiga el puente y/o el alma. De esta forma evitarás también mezclar las cuerdas y no habrá confusión en el momento de montar o guardar las cuerdas. Trata con delicadeza tu instrumento ya que hay muchas piezas que requieren especial cuidado.
Paso 3
Coloca el instrumento en frente de tí y averigua cual es la cuerda que necesitas cambiar y a que clavija corresponde.
Paso 4
Apoya el instrumento en un plano horizontal. Con la mano derecha gira lentamente la clavija elegida hacia tí para desenrollar la cuerda, y con la mano izquierda ayuda a liberar la cuerda para que se vaya aflojando hasta que salga por completo de la clavija.
Paso 5
Una vez liberada la clavija saca la bolita que se encuentra en el extremo de la cuerda del agujero del cordal, donde están los afinadores de precisión.
Consejo de la primera etapa… Si la cuerda no esta rota no la tires, siempre puede ser útil en caso de emergencia, ¡sobre todo antes de los conciertos!
Segunda etapa: insertar la nueva cuerda
Paso 6
Abre la bolsita y saca la cuerda nueva correspondiente. No tires la bolsita, puedes utilizarla para guardar la vieja cuerda así podrás reconocerla fácilmente.
Paso 7
Identifica la punta de la cuerda, la cual se debe insertar en la clavija de afinación (normalmente está pintada o enrollada con un hilo de un color diferente para cada cuerda para poder reconocerlas), y la parte inferior de la cuerda (con una pequeña bola de metal en el extremo), la cual debe anclar la cuerda en el afinador de precisión.
Atención… Los colores de la parte superior de una cuerda cambian según las marcas!
Consejos de la segunda etapa… Si te ha costado mucho desenrollar la clavija, ahora que está libre coge el lápiz y pásalo en toda la parte cilíndrica; el grafito ayudará a la clavija a girar mejor. Si al revés desliza demasiado y tienes dificultad en fijarla cuando afinas utiliza de la misma manera la pasta para clavijas, esto mantendrá las clavijas más estables.
¡Ahora es el momento de utilizar toda la calma y la sangre fría que tengas!
Paso 8
Con el violín en posición horizontal y con la barbada apoyada en ti, introduce el extremo con bolita de la cuerda en la ranura correspondiente.Consejo… Procura no tocar y mover el puente porque en estos momentos será menos estable. Enciende el afinador así lo tendrás listo al momento de afinar.
Paso 9
Coge la clavija correspondiente y localiza el pequeño agujero que la traspasa. Inserta la clavija en el agujero del clavijero y dirije el pequeño agujero hacia ti (tiene que estar en la parte interior del clavijero). Lleva la punta de la cuerda hacia el clavijero e insertar la punta de la cuerda a través del pequeño agujero que traspasa la clavija, hasta que salga medio centímetro.
Paso 10
Gira lentamente la clavija en la dirección contraria a ti y empújala con delicadeza hacia la voluta, así la cuerda se enrollará. Ayúdate con la mano izquierda para enrollar la cuerda desde el centro de la clavija hacia el lado del clavijero sin encimar las vueltas que vas formando.
Mientras estás tensando la cuerda controla que la bolita de la parte inferior de la cuerda no haya salido de la ranura del cordal, si no procura recolocarla.
¡Cuida que la cuerda pase por el surco marcado por el puente y el que está marcado en la cejilla! De este modo evitarás que la cuerda se mueva de su lugar. Sigue tensando hasta afinar tu cuerda.
Tercera etapa: Evaluar el trabajo
Si has hecho un buen trabajo y has conseguido afinar tu instrumento coge una trocito de chocolate y disfruta de un descanso. Si estás teniendo muchas dificultades no te agobies: esta es una tarea muy difícil! Coge dos trocitos de chocolate, descansa, y empieza otra vez, ¡solo necesitas practicar!
En cualquier caso tus profesoras estarán listas para ayudarte con tus dudas en la próxima clase!
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